martes, 25 de octubre de 2011

Invádeme

Desposeído de todo abrigo,
me aproximo a la grieta que proyecta otra dimensión,
por donde alguna vez atravesaste todas las barreras y llegaste al sitial de plenitud.
Ah! Sentir nuevamente el temblor de tus rodillas a mis lados.

No llores más,
el insomnio del dolor ha terminado,
no llamemos a la soledad,
el río que hoy innunda estos caminos
llevará consigo las reliquias del desdén,
sonríe amor, esa luz es directriz.

Renuncio a todo sueño individual,
tu nombre conjura mi razón y lleva, incandecente, el aroma de mi piel.

Esta noche será nuestra,
apaga las luces de la calle y tiéndete en mis sábanas,
quiero recorrerte silente,
redundando en tus más torridas tierras.

Despierta, esplín de atardecer,
ha llegado la hora de escribir un nuevo cuento,
de recaudar los colores del paisaje,
en una bóveda cardiaca
y correr por las rectas de la vida.
El coro de luciérnagas se dispersa entre las sombras.

Mira al cielo, deja que tu corazón apunte al infinito,
es el nimbo que nos da la bienvenida,
reconozco esa pureza
Son tus alas rezagadas que hoy se abren victoriosas,
guardián de mi pasión,
invade este humilde recipiente
con tu naturaleza superior.

1 comentario:

  1. La noche que cae dispersa en los delirios de la pasión. Hace que dibujes un paisaje con los dedos impregnados de la calidez de la mujer amada. El cántaro que guarda el alma por fin sera llenado por el rio de su vida.
    Un placer leerte, como siempre.

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