lunes, 11 de marzo de 2013

Él se muere


Él se muere, inexorable, inexplicable,
solo se calla con el viento,
sus lánguidos ojos tímidos se extienden con la brisa de verano
y decanta en lluvias su tristeza;
él solo ilumina esta alcoba lejana,
ignorando la paz con la que alimenta mi Parnaso.

Él se muere,
con las últimas notas del réquiem,
se evapora en átomos de amargo olvido,
ignorando las breves memorias que riega en mis campos de otoño futuro;
se marchita y nutre mis saladas venas,

Él se muere,
cae al suelo con inhumana paciencia,
deshojando tristeza en su piel,
perdiendo la estepa sangrienta,
enarbolando la lucha que lleva en el pecho,
se deja ceniza en la alfombra del pueblo.

Él se muere,
como mártir, como soliloquio furibundo de un ebrio de amor,
solo desfallece frente a mí, con pálido encanto fúnebre,
con ojos de espanto lo veo sonreír en dolor,
entre los brazos de oscuros desvelo tardío,

Él se muere,
solo eso, "eso", eterno y bello,
yo le observo en ausencias,
curioso y pagano, solo observo en penumbra,
mientras él ensaya una última danza de luto temprano.

lunes, 14 de enero de 2013

Sueños



Y si creímos en los mismos sueños, 
Pero soñamos a ritmos distintos
Y vivimos en planos opuestos, ajenos, lejanos y teóricamente imposibles; 
Entonces, solo entonces, consideraré la utopía una forma de vivir; 
Entonces, solo entonces, creeré en lo imposible y te buscaré en el vacío, 
Entre todas las caras del cielo.



domingo, 13 de enero de 2013

Escabros y el parnasianista

Zarpas con vela herida,
Hacia las fauces del gigante de luces,
En vehículo de marchita moral,
Con las ansias de una virgen rasgada.

Sigues los latidos de la noche,
Trepando al balcón de la lujuria,
El estrépito de un noctámbulo travesti,
Te llama desde su submundo con pupilas corrosivas.

Escapas del parnaso en que moraste,
Estas colinas de gloria herían tu simpleza,
Nunca estas hojas excitaron palpitar,
El amor corrupto que sabes jurar,
Corazón podrido de paquiderma corteza.

Ruge tu sexo enfermo,
Lastre de esferas lastimadas,
Cadáver reptante en fortunas ajenas,
Danza tu delgadez exhausta sobre tu codicia,
Esas tenazas de rancio sabor,
Que engullen los falos de oscuros reptiles.