Zarpas con vela herida,
Hacia las fauces del gigante de luces,
En vehículo de marchita moral,
Con las ansias de una virgen rasgada.
Sigues los latidos de la noche,
Trepando al balcón de la lujuria,
El estrépito de un noctámbulo travesti,
Te llama desde su submundo con pupilas corrosivas.
Escapas del parnaso en que moraste,
Estas colinas de gloria herían tu simpleza,
Nunca estas hojas excitaron palpitar,
El amor corrupto que sabes jurar,
Corazón podrido de paquiderma corteza.
Lastre de esferas lastimadas,
Cadáver reptante en fortunas ajenas,
Danza tu delgadez exhausta sobre tu codicia,
Esas tenazas de rancio sabor,
Que engullen los falos de oscuros reptiles.