sobre esa delgada línea que traza tu ausencia,
con las pocas razones que dejaste he retratado el horizonte,
esperando oír las notas de tu última canción,
en alguna emisora ahogada en el invierno.
Llegan las horas negras,
las que prefiero olvidar, melancolía,
pues el silencio que recuerda tu partida,
hoy ha gestado un sentimiento,
y calcina mis instintos.
Doncel que yace extraviado en mis recuerdos,
detén tu prisa unos instantes
que mi alma no ha tendido las redes suficientes,
para atraer de vuelta tu fragancia.
Deseo verte encallar en esta orilla una vez más.
Aterriza tus pies en este océano arrepentido,
que se mece turbado por tu falta,
a donde perteneces, donde está tu risa y tu descanso.